lunes, 16 de noviembre de 2015










Filanta, de Guillermo Landa
Por Victor Vázquez Gandara


Al cuarto para las doce (menos) la mampara del cartel con la imagen de Guillermo Landa estaba siendo colocada por cuatro asistentes de logística, en medio del foro de la Galería de Arte Contemporáneo de la capital veracruzana. Para su fortuna ni las moscas hacían acto de presencia. Tres sillones forrados de piel, al parecer, dos micrófonos dispuestos a recibir al homenajeado con sus anfitriones. Y comentaristas. Agua, iluminación directa. Todo un escenario digno. La hora programada: 12:00. El día, viernes 13. Año dos mil quince.
Dejé apartado mi lugar en la segunda fila de butacas del costado derecho en relación a acceso, creí estaría atiborrado de gente. Salí y en el patio ya se encontraba don Guillermo, Raúl Hernández Viveros quien me invitó y Miguel Alcázar, Esperando a la audiencia. Transcurridos los minutos decidieron dirigirse al interior del auditorio para dar comienzo. Unos cuantos amigos y otros jóvenes "desorientados" ocuparon lugares dispersos, como huyendo unos de otros.
De inmediato, aún acomodándose los protagonistas, el conductor dio la bienvenida en nombre de la institución y del gobierno del estado cediendo la palabra a quien la tomara. Habló breve Raúl Hernández Viveros ante el desconcierto, luego el poeta Guillermo Landa, y por fin sin cruzar palabras acordaron el turno.
Raúl me había informado y publiqué una columna en Diario de Xalapa y Tlanestli sobre el evento en el que se homenajearía al poeta bilingüe. De inmediato pensé en los protocolos fastuosos con la presencia de de las altos funcionarios del gobierno estatal, municipal y por el personaje de que se trata de directivos de educación y cultura. Cámaras de televisión y medios de toda índole.
Por fortuna todo se concretó a una charla entre amigos testificada por curiosos literarios. La foto institucional del recinto cede y lo demás, la paranoica andanada de fotografías con celulares. Un homenaje tal y como debieran ser todos. Contar con la presencia de aquellos que lo sienten sin acarreados innecesarios.
El diálogo fue un recorrido recordatorio de una Face de la vida del poeta huatusqueño relatando aquello que brotaba en el momento, de convivencias mutuas. Raúl específicamente citaba "haberle seguido la pista" y en ese seguimiento surgió Pitol, Premio Cervantes, e implícita, la amistad que une al trio, debido a las vivencias y convivencias. Praga, Checoslovaquia, matanza del 68, Pitol, El Caracol marino, Rafael Delgado, Orizaba, Huatusco Estoy a dos fuegos, expresó el poeta: mi editor y musicalizador.
Raúl Hernández Viveros dijo haber seguido los pasos de Guillermo Landa por Europa y llegó a concluir que la obra del homenajeado serviría para un curso de varios semestres para universidad. Expresó tambien "siento que es un homenaje que le debíamos desde hace años". Creado el ambiente propicio las ideas y recuerdos fueron fluyendo. Como buen escritor Raúl retomó la charla subrayando iniciar con los antecedentes:
"En su poesía no sólo se nota la presencia de Netzahualcóyotl". Refirió sobre “la creación del registro civil por José María Vigil, y de la primera biblioteca en México, los primeros cantores mexicanos. Las  crónicas de Diego Durán, Cantares, bailables, metáforas incomprensibles, y todo eso qué tiene que ver con Guillermo Landa. Son sus fuentes y ya después Sor Juana Inés de la Cruz. Ya situado el personaje -Guillermo Landa-, su lugar natal, muy cerca de Córdoba, Orizaba. El propósito de Porfirio Díaz de blanquear el país con colonias de italianos, la iglesia... hasta llegar a los años 60. 1964 sus primeros poemas, en el Caracol marino de Librado Basilio, La Palabra y el Hombre, y la ruta critica de la CIA, auténtica originalidad shakesperiana... Surge la beca a raíz del 68...Polonia. Varsovia, Paris, Belgrado. Descubrir al grupo templario que los andaban persiguiendo”.
Alcázar record: "llegué a Belgrado dando conciertos". Relaciones publicas contacta con el compositor. Hablábamos él (Guillermo Landa) de una cosa yo de otra. Me enteré que era un poeta. Hubo coincidencias. Lo que pasaba en el mundo occidental. Me mandó un manuscrito del libro. Estrené una ópera... Retomó Raúl señalando que Guillermo habla Náhuatl, polaco surgiendo el chascarrillo de la invasión de Polonia por mexicanos y de México por polacos, esto último aquí en Xalapa. Se habló del amor, Agustín Lara, José Emilio Pacheco, del golem,        Resultado de imagen para Ryszard Kapuściński, desarrollo cultural, noventa mil muertos, letras Palmer, entrar por la bartolina,
La charla entre amigos concluyó sin la tradicional entrega de pergamino, medalla alguno de esos fetiches inventados para eso. El poeta procedió a firmar los cinco o seis libros adquiridos por el selecto publicó, toma de fotografías del recuerdo y la invitación a visitarle en Huatusco, en su casa museo, despidiéndose como cualquier mortal, sin aspavientos, solo acompañado cargando su extraordinaria trayectoria literaria. Esto sucedió durante una parte del homenaje al autor de Frutero y yo, ediciones Cultura de VeracruZ, y Filanta, Instituto Veracruzano de Cultura, 2015.

1 comentario:

Tlanestli dijo...

Estimado Raúl
siempre es placentero seguir de cerca tus pasos de Escritor, Editor y promotor literario abriendo las Páginas de Cultura de VeracruZ de manera plural alentando a leer y escribir: felicidades

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